Título original: The Man Who Found Himself
Director: Lew Landers
Guion: Thomas Lennon, G.V. Atwater, J. Robert Bren, Edmund L. Hartmann, Alice F. Curtis
Música: Max Steiner
Fotografía: J. Roy Hunt
Género: Drama, Comedia, Romántico, Catastrófico
Reparto: John Beal, Joan Fontaine, Phillip Huston, Jane Walsh, George Irving, Jimmy Collin, Fran M. Thomas, Diana Gibson, Dwight Frye, Billy Gilbert, Stanley Andrews
Argumento
El joven doctor Jim Stanton, de buena familia de médicos, abandona el hospital donde trabaja, en Nueva York, porque nadie le cree en su declaración. Y es que, tiene un accidente en el avión que pilotaba, donde muere una amiga suya que le había pedido que le llevara para ver a su madre enferma.
Viaja por el país, sin rumbo preestablecido.
Un día conoce a Doris, una enfermera que se las ingenia para que Jim maneje durante una urgencia el avión-ambulancia en el que ella trabaja, logrando así demostrarse a sí mismo su valía.
"- Buenos días.
- Lo serían si no te viera".
Entretenido drama con comedia incluida, romanticismo y un toque de cine de catástrofes incluido.
Todo ello narrado de forma sencilla, eficaz, con una primera parte estupenda, llena de buenos diálogos, algunos chispeantes como este:
"En la cafetería:
Ella: - No pareces mecánico, no hablas como ellos, no actúas como ellos.
- ¿Vienes aquí para tomar algo o para impedir que yo lo haga?
- Sólo he venido para hacerte compañía, parecías solo.
Al camarero: ¡Un café solo, por favor!
El: - ¡Y un par de rosquillas!
- No quiero rosquillas, ¿por qué pides rosquillas para mi?
- Porque con la boca llena no podrás hablar".
Luego se hace más grave, pero siempre convincente en su exposición de unos hechos dramáticos, llenos de humanidad, sentido de la dignidad y respeto a la profesión médica y todo cuanto representa para con la ayuda al semejante.
Muy buenas interpretaciones, con una Joan Fontaine, en su segunda película, ya bella y excelente actriz.
El film se sigue con facilidad, siendo muy corta en duración, no llega a los setenta minutos, y dejando una simpática impronta en la memoria.
No es una obra maestra, no mucho menos, pero es muy digna y positiva.
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