Segundo acto, el (Le deuxième acte) (Francia, 2024)

 

 Título original: Le deuxième acte

Director: Quentin Dupieux

Guion: Quentin Dupieux

Fotografía: Quentin Dupieux

Género: Comedia, Anticipación

Reparto: Léa Seydoux, Vincent Lindon, Raphaël Quenard, Louis Garrel, Manuel Guillot, Françoise Gazio

 Argumento

Florence quiere presentar a David, el hombre del que está locamente enamorada, a su padre Guillaume. Pero David no se siente atraído por Florence y quiere arrojarla a los brazos de su amigo Willy.
Los cuatro se reúnen en un restaurante en medio de la nada.  

 

Pues un divertimento más del genio Dupieux, que a mí particularmente no me ha hecho mucha gracia que digamos.
Creo que Dupieux está perdiendo algo de ingenio en sus últimos trabajos, siendo este inclasificable, aunque habla de cosas importantes, como carcajeándose de todo.
La inteligencia artificial como guionista y realizador de una película, con sus intérpretes relacionándose entre sí, mientras ruedan y fuera de rodaje, tratando de encontrar su lugar en el mundo y en el cine.
El film se basa en largos diálogos, a veces en una toma muy larga, mientras pasean los personajes, otras sentados mientras tratan de tomar un vino en un restaurante en medio de la nada. En referencia a esto último, la larga secuencia del camarero, es lo más gracioso de la cinta, teniendo mucho humor, con fina ironía y metalenguaje cinematográfico de alta calidad.

 

Por contra, en otros momentos, los diálogos se hacen tan largos que no se acaba de encontrar demasiado sentido, aunque siempre hay algo que finalmente interrumpe bien el rodaje, bien el descanso de los intérpretes para volver a rodar, que nos desconcierta pero también podría maravillarnos. Según cada cual.
En lo que a mí respecta, aunque corta en metraje, se me ha hecho algo larga, pareciéndome muy irregular y con altibajos que me han impedido salir satisfecho de la proyección.
Pero, vamos, que muy bien simplemente es que no he entendido nada.
Muy bien Vincent Lindon, que desde hace mucho tiempo es capaz de interpretar cualquier papel, no teniendo el más mínimo prejuicio para ello.