jueves, 21 de agosto de 2025

Mark il poliziotto spara per primo (El comisario Gatti 2) (Italia, 1975)

 


Título original: Mark il poliziotto spara per primo

Director: Stelvio Massi

Guion: Stelvio Massi, Teodoro Corrà, Dardano Sacchetti, Raniero di Giovanbattista

Música: Adriano Fabi

Fotografía: Federico Zanni

Género: Poliziotto

Reparto: Franco Gasparri, Lee J. Cobb, Nino Benvenutti, Justine GAll, Massimo Girotti, Spiros Kocás, Andrea Aureli, Ida Meda, Roberto Caporelli, Tom Felleghy, Guido Celano, Francesco D'Adda, Edoardo Florio, Archimede Muzi, Leonardo Severini

Argumento

El comisario Terzi llega a Génova para investigar una serie de asesinatos de personajes públicos, llevados a cabo por un misterioso criminal que se hace llamar "La Esfinge".
Las ramificaciones se extenderán, siendo el caso cada vez más intrincado.
Pero Terzi estará dispuesto a llegar hasta el final.

  

Segunda aventura del comisario Gatti, interpretado por el malogrado Franco Gasparri, que murió bastante joven y sólo pudo interpretar siete películas.
En esta ocasión tiene que vérselas con un asesino que, cuando mata, envía dibujos con una esfinge dibujada. Además de ello deberá desenmascarar los tejemanejes de diversos emporios económicos y bancarios, con procedimientos de dudosa ética.
No es gran cosa el film, pero va de menos a más, aunque el arranque es prometedor. Y con un tercio final lleno de intensidad, estimable.
Pero poco a poco se va liando y siendo farragosa en algunos momentos.
No faltan las consabidas (y celebradas en los cines de barrio de mi época) persecuciones en coche ni tampoco las incoherencias, como todo lo que tiene que ver con la hermana pequeña de un hábil sicario a quien persigue denodadamente el protagonista.

 

Grata presencia de estupendos intérpretes, ya en horas bajas, como el gran Lee J. Cobb, aquí en su cuarta última película y/o Massimo Girotti, tío en la vida real de Terence Hill.
Buena fotografía a toda pantalla a cargo de Federico Zanni, dinamismo en las escenas de acción y poco más que contar.
Una más del simpático (sub) género del poliziotto, que tanto nos hizo disfrutar de jóvenes. Ahora, menos.

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