Hombre invisible, el (El Vengador invisible) (The Invisible Avenger) (Tômei ningen) (Japón, 1954)

 

Título original: Tômein ningen

Director: Motoyoshi Oda

Guion: Shigeaki Hidaka, Kei Beppu

Música: Kyôsuke Kami

Fotografía: Eiji Tsuburaya

Género: Ciencia ficción, Fantástico, Thriller, Policíaco, Drama, Intriga, Musical

Reparto: Seizaburô Kawazu, Miki Sanjo, Minoru Takada, Yoshio Tsuchiya. Kenjiro Uemura, Kamatari Fijiwara, Yo Shiomi, Sonosuke Sawamura, Seijiro Onda, Shin Otomo 

Argumento

En la populosa ciudad japonesa de Ginza un hombre es atropellado mortalmente. Se trata de un hombre invisible.
Ha dejado una nota en la que dice que existe otro hombre invisible. Ambos fueron utilizados por el Ejército durante la guerra y ahora estaban olvidados de la mano de Dios.
El superviviente trata de que nadie sospeche y llevar una vida lo más tranquila posible, trabajando como cualquier otro pero en una labor muy peculiar.
Mientras tanto, una banda de ladrones y más tarde de asesinos, comienza a robar grandes cantidades de dinero, pasándose el jefe de ellos por el hombre invisible. Eso hace que la Policía esté perdida, sin pistas.
Pero un valiente y tenaz periodista comienza a investigar para su periódico...

Mediocre mixtura de cine fantástico, ciencia ficción, thriller, policíaco, drama, intriga y hasta musical.
Una producción japonesa que tiene unos efectos especiales "entrañables", que se pudieran perdonar al estar rodada la película apenas nueve años tras la finalización de la II Guerra Mundial, pero que aparentan más bien pobres, sobre todo si tenemos en cuenta que su mayor predecesora, la maravillosa "El hombre invisible", de James Whale, era de 1933, era en ese apartado inmensamente superior.
Centrándome en esta, es una pena por cuanto comienza francamente bien, con los minutos en los que aparece el primer hombre invisible. Unas escenas muy bien rodadas, sugestivas, que nos parecen indicar que la cinta estará francamente bien. Pues no.

 

Y ocurre por resultar su desarrollo muy desigual, irregular, escorado, en vez de hacia el puro cine de ciencia ficción/fantástico, hacia el thriller, el cine policíaco de intriga, incluso el musical, y también hacia el puro drama humano que roza el sentimentalismo, hecho, por otra parte, habitual en el cine asiático.
Así, mal que bien, transcurre la historia, que tiene sus mejores momentos, en su parte final, donde, aunque no existe imaginación, sí que es más dinámica y entretenida.
En resumen, que se puede ver, entre otras cosas por su corta duración y por aspectos positivos técnicos como su fotografía. Por lo demás, poca cosa.