Miércoles de ceniza (Ash Wednesday) (USA, 2002)

 

Título original: Ash Wednesday

Director: Edward Burns

Guion: Edward Burns

Música: David Shire

Fotografía: Russell Lee Fine

Género: Thriller

Reparto: EDWARD BURNS, ELIJAH WOOD, ROSARIO DAWSON, Brian Burns, Vincent Rubino, Jimmy Cummings, Pat McNamara, John DiResta, Malachy McCourt, Chris McGovern, Peter Gerety, Jimmy Burke, Stephen Murphy, Brian Delate, Teresa Yenque, Julie Hale, OLIVER PLATT

Argumento

Durante el miércoles de ceniza, en el barrio de "La cocina del infierno", en Manhattan, New York (EEUU), en el año 1983, un hombre trata de sacar del barrio a su hermano, de quien todos pensaban que había muerto hacía diez años en un tiroteo. Sin embargo no fue así, pues el hermano mayor hizo creer a todos que había perecido pero desde entonces lo había tenido apartado del barrio para evitar males mayores al hermano y a la supuesta viuda suya y su pequeño hijito.
Sin embargo, el hermano pequeño, harto de estar encerrado, sale una noche a pasear por el barrio y es reconocido por una mujer.
Desde ese momento, las bandas rivales que querían su muerte por haber matado a dos hombres, tratan de saber la verdad. Y en caso de que no fueran habladurías, asesinarle, esta vez de verdad.

Interesante film de Edward Burns que, en esta ocasión, se aleja bastante del tipo de historias que le ha hecho famoso.
Aquí, el argumento es de thriller vengativo, de personajes de la baja hampa, desarraigados para el mundo exterior, pero que en el maltrecho barrio donde viven desean ser los amos.
Burns, quizás alargue un tanto la historia, resultando un poco repetitivo en algún momento, pero no cabe duda que todo cuanto acontece en la pantalla atrae al espectador, que desea saber cómo finalizará todo.
Para ello, recurre a una dirección directa, sin más efectismos que algunas tomas alambicadas, que distorsionan un poco el encuadre. Creo que no hacía falta ello, pero le da un marchamo de originalidad a este tipo de historias.
La dirección de intérpretes es buena, con una Rosario Dawson creíble y muy humana.

 

Los diálogos son buenos, cortos y directos al grano.
A Burns no le hace falta cargar las tintas en las escenas de violencia, estando latente ella, pero apareciendo en contadas pero importantes ocasiones.
Una historia donde los pecados cometidos en el pasado pasan factura en el presente, volviendo fantasmas de rencor y muerte, a perturbar a los vivos.
No solo no tuvo éxito esta cinta, sino que, si mal no recuerdo, la crítica, en general,  la puso bastante mal. Honestamente creo que está bien, pero quizás pesó que Burns era la primera vez que narraba este tipo de historia, muy alejada de la comedia romántica, aunque con crítica social, que le caracterizaba.