Título original: Las delicias del jardín
Director: Fernando Colomo
Guion: Fernando Colomo, Pablo Colomo
Música: Fernando Furones
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Fernando Colomo, Pablo Colomo, Carmen Machi, Antonio Resines, María Hervás, Luis Bermejo, Brays Efe, Javier de Juan, Cumelen Sanz, Alexandra Prokhorova, Diana Peñalver, Álvaro Lafora, Andy Povega
Argumento
Fermín es un reconocido pintor abstracto que está en plena crisis personal y económica, además de ocultar un temblor en su mano que le dificulta para seguir pintando.
Por esa razón en un primer momento rechaza la propuesta de su galerista y ex mujer Pepa
para presentarse a un concurso millonario y versionar el tríptico de El Bosco “El jardín de las delicias”.
Pero dos acontecimientos le harán cambiar de opinión.
El primero, la notificación de embargo sobre sus cuentas y tarjetas bancarias.
El segundo, la aparición de su hijo Pablo, pintor como él, aunque figurativo, que llega de un viaje a la India.
Padre e hijo tendrán que olvidar sus diferencias artísticas y personales para realizar juntos una versión moderna de la obra maestra de El Bosco.
Divertimento de Fernando Colomo, que rueda libre de prejuicios, experimentando en fondo y, sobre todo, en forma, al igual que lo ha hecho en anteriores ocasiones y sin miedo al qué dirán.
Él, que ya tiene una edad (79), hace tiempo que no debe demostrar nada a nadie y por lo tanto rueda a su manera, con su hijo (coguionista del film), que no es actor, logrando una película desigual, irregular, sí, pero también con momentos graciosos, jocosos, utilizando la ironía y en alguna escena el sarcasmo, hablando del arte y lo que significa tanto para el artista, como para los compradores, galeristas y ciudadanía en general.
Refrescante en ocasiones, yo, confieso, que he tardado un tanto en entrar en materia, pero poco a poco he ido entrando en el universo de Colomo y así, sobre todo con su último tercio, he disfrutado de veras, sacándome la sonrisa sin dificultad.
Salen intérpretes, significativos en la carrera de Colomo, como Antonio Resines y/o Diana Peñalver y existe no poca improvisación, o quizás no tanta realmente.
Cinta lúcida, sin más objetivo que el hacer pasar un rato agradable, ácido pero cordial.
Está bien.



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