Título original: Act of Vengeance
Director: Bob Kelijan
Guion: David Kidd, H.R. Christian
Música: Bill Marx
Fotografía: Brick Marquand
Género: Psycho Killer, Intriga, Policíaco
Reparto: Jo Ann Harris, Peter Brown, Jennifer Lee, Lisa Moore, Connie Strickland, Patricia Estrin, Lada Edmund Jr., Tony Young, Steve Kanaly, Ross Ellliott, John Pickard, Ninette Bravo, Stanley Adams, Joan McCall, Anneka Di Lorenzo, Jey Fletcher, Troy Melton, Fred Lernes
Argumento
Linda es violada por un hombre que lleva una máscara de hockey.
Ella descubre que algunas otras mujeres han padecido lo mismo.
Junto a otras mujeres buscará venganza, pero será muy peligroso.
Una de esas películas de los setenta, que se veían, principalmente, en las salas de los barrios periféricos de la capital. Las íbamos a ver, nos ponían a tono e íbamos luego a bailar o...
De todas formas, no tenía en los años del film 18 años, por lo que no podría haberla visto, pues seguro, seguro, que era para mayores (además, no estoy seguro de que se estrenara en las salas comerciales españolas).
Una cinta con mujeres preciosas, guapísimas y con bonitos cuerpos, al gusto del psicópata de turno, quien mientras las viola, les obliga a cantar o tararear "Suenan las campanas".
La película, vaya por delante, es bastante mediocre, aunque comienza de forma satisfactoria o por lo menos bastante realista. Me estoy refiriendo a la larga escena de la protagonista poniendo en la policía la denuncia correspondiente. Oímos las capciosas preguntas del agente, que son más o menos las que hoy en día todavía les hacen y causan su humillación... por partida doble.
Más tarde se convierte en una de esos films donde se busca la venganza sin tener en cuenta la ayuda de la Policía. Por su cuenta y riesgo.
Esas escenas son bastante chorras pero algunas tienen su gracia, o algo parecido, cuando interviene la colega karateka que les trata de enseñar en poco tiempo a defenderse.
Aquí, prácticamente todos los hombres que aparecen en en la cinta, son poco comprensivos, babosos, impertinentes, imbéciles, o/y violentos.
Y llegamos a su última parte, que es la peor de todas, por ser absurda. No tiene ni pies ni cabeza.
Esto hace, en conjunto, que se pueda definir al film de cinta de relleno, quizás para programas dobles o para cumplir un cupo de mercado.
Buena fotografía, eso sí.




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