Título original: Caught Stealing
Director: Darren Aronofsky
Guion: Charlie Huston. Libro: Charlie Huston
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Matthew Libatique
Género: Acción, Comedia Negra, Thriller
Reparto: Austin Butler, Regina King, Matt Smith, Zoë Kravitz, Liev Schreiber, Vincent D'Onofrio, Griffin Dunne, Bad Bunny, Will Brill, D'Pharaon Woon-A-Tai, Yuri Kolokolnikov, Will Fitz, Deepti Menon, Oleg Prudius, Laura Dern
Argumento
Nueva York, año 1998. Hank Thompson era un fenómeno del béisbol en el instituto que ya no puede seguir jugando, pero todo lo demás le va bien.
Tiene una novia estupenda, es camarero en un antro en Nueva York y su equipo favorito está sorprendentemente luchando por el campeonato.
Cuando su vecino punki Russ le pide que cuide de su gato durante unos días, Hank se encuentra atrapado en medio de un variopinto grupo de gángsters amenazantes.
Todos quieren algo de él; el problema es que él no sabe por qué.
Pues Aronofsky alejándose, al parecer, de anteriores trabajos suyos. Me refiero a que este es, descaradamente, más comercial, pensada para el gran público, pero con claros toques personales sitos en anteriores películas suyas.
Se trata de una película cachonda, caótica en su narración, con un guion que deambula sin cesar por diversos estratos, siguiendo en ocasiones caminos extraños, pero volviendo felizmente al thriller violento, con notables momentos de comedia negra (en realidad, a veces, no se sabe bien si es una cinta de acción con comedia dentro o una comedia con acción a manta).
Es fresca, divertida, sorprendente en cuanto al devenir de algunos personajes, con el destino jugando sus cartas y haciendo que los personajes tengan su sino bien marcado sin que puedan hacer algo por evitarlo.
Muy entretenida y excelentemente interpretada, con personajes para el recuerdo como la pareja de judíos o Pavel el ruso, lo cierto es que, si se reflexiona bien igual llegamos a la conclusión de haber visto un film más bien superficial, pero lo bien que te lo pasas en los 107 minutos que dura la peli, no te lo quita nadie.
Y muy bien el gato, por cierto.
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