Título original: Racing Stripes
Director: Frederik Du Chau
Guion: David Schmidt
Música: Mark Isham
Fotografía: David Eggby
Género: Comedia, Deportivo
Reparto: Bruce Greenwood, M. Emmet Walsh, Hayden Panettiere, Caspar Poyck, Gary Bullock, Wendie Malick, Thandi Puren, Morne Visser, Dawn Matthews, Matt Stern, John Lesley, Graeme Hawkins, Tarryn Downes, Frankie Muniz, Mandy Moore
Argumento
Durante una terrible tormenta un circo pierde accidentalmente a una pequeña cebra.
El criador de caballos Nolan Walsh rescata al desgarbado potrillo y se lo lleva a casa.
Antes, Walsh entrenaba caballos de carreras con notable éxito, pero actualmente lleva una vida tranquila con su hija en su modesta granja de Kentucky.
En cuanto Rayas ve la pista de carreras que hay al lado la de la granja sabe que ha encontrado su meta.
Lo que no sabe es que no es exactamente un caballo...
Rayas deberá demostrar que es lo suficientemente rápido y duro como para ganar a los grandes caballos si quiere acabar en el recinto del ganador de la legendaria carrera Kentucky Open.
Simpática cinta bien dirigida por el belga Frederik Du Chau.
La idea no es nueva, aunque en otras ocasiones el protagonista era un caballo. Bien más pequeñito de lo habitual, con algún defecto en la pata o "genéticamente inadecuado". Ahora es una cebra, aunque ella no lo sabe.
La historia no es nada del otro jueves, tampoco original, pero hay diversos elementos que sí son originales y hacen que el interés de la película se eleve notablemente y trascienda del mero producto familiar.
Lo es, digo, para toda la familia, pero algunos diálogos a cargo de algunos personajes, requieren más de una visión y quizás, por eso mismo, se les escape a los más pequeños espectadores. Los demás la disfrutarán de lo lindo, gracias a una tierna y bonita historia de superación personal. Eso sí, ayudado en todo momento por los amigos, así que ese es el otro rasgo principal de la película: el valor de la amistad.
La puesta en escena no esconde ninguna novedad, pero, como decía antes, la aparición de tres personajes hacen que el regocijo y la risa explosiva nos brote de improviso. Me refiero al pelícano, cuya presentación es de lo mejor que se ha visto en los últimos años, y a los dos moscardones, cuyos nombres: Flato y Cuesco, los define a la perfección. A su cargo están los mejores diálogos, llenos de irreverencias y exabruptos. Algunos incluso hasta huelen.
Por lo demás, es previsible hasta la saciedad. Todo el mundo sabe cómo finalizará. Por eso mismo, y por ponerle un reparo, se le podría haber recortado unos diez minutos o así, ya que hay algún momento en que se marea la perdiz con dudas y repeticiones de conceptos y negativas a cargo del padre de la protagonista femenina, que son un poquito pérdida de tiempo, pues todos sabemos que al final cederá. En fin, nada importante, por otra parte.
En suma, "Héroe a rayas" es una divertida comedia, que hace pasar un muy buen rato.
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