Poder maléfico (Chi sei?) (Italia, USA; 1974)

 

Título original: Chi sei? 

Director: Oliver Hellman (Ovidio G. Assonitis)

Guion:  Ovidio G. Assonitis, Robert Barrett, Antonio Troiso, Giorgio Marini, Aldo Crudo

Música: Franco Micalizzi

Fotografía: Roberto D'Ettorre Piazzoli

Género: Terror, Intriga, Suspense

Reparto: JULIET MILLS, RICHARD JOHSON, GABRIELE LAVIA, BARBARA FIORINI, Elizabeth Turner, Carla Mancini, David Colin Jr., Vittorio Fanfoni, Luigi Marturano, Joan Acti, George Montage

Argumento

Jessica es una mujer normal, casada, con dos hijos y feliz en su matrimonio, pero algo terriblemente diabólico le empieza a ocurrir al quedarse embarazada.
Poseída carnalmente por el demonio, comienza a representar a las fuerzas del mal.  

Curiosa producción de terror, aunque más bien sea de intriga y suspense.
La historia, aunque no ofrece demasiadas posibilidades en un principio, logra momentos de verdadera fascinación. Lo que ocurre es que no sabe mantener esa magia, perdiéndose en vericuetos ya trillados.
La fotografía, preciosa y envolvente, logra crear un espacio intemporal dentro de la mansión donde se desarrolla parte de la acción, pero la dirección malogra muchas de sus posibilidades. Se ve que esta película hubiera requerido tras las cámaras un director de más empaque. Demuestra que está verde, vamos.
Pero al final la sensación no es de pérdida de tiempo, sino que deja un extraño sabor de boca, mezcla de decepción, pero también de interés.
No se logra olvidar del todo, por algo será.

 
Como curiosidad, recuerdo muy bien que fue la primera película que vi por televisión, en mi nueva casa, en Leioa, Bizkaia. La había grabado un día antes y la tele la había comprado una semana antes. Comencé a verla y casi de repente el cielo se nubló y se puso en completa oscuridad. Ante el temor de una gran tormenta, quité la tele, por si las moscas. Efectivamente, la que cayó fue morrocotuda. Y yo sólo en la nueva casa, con esa oscuridad y lo que había visto un poquito antes en la peli, la verdad es que un poquito acojonado sí que estaba mientras veía caer la poderosa lluvia y el resplandor de los incesantes rayos y oía los monstruosos truenos.