Infierno del odio, el (Tengoku jigoku) (Japón, 1963)

Título original: Tengoku jigoku

Director: Akira Kurosawa

Guion: Hideo Oguni, Akira Kurosawa, Ryuzo Kikushima, Eijiro Hisaito. Novela: Evan Hunter

Música: Masaru Satô

Fotografía: Asakazu Nakai, Takao Saito

Género: Thriller, Policíaco, Intriga

Reparto: TOSHIRÔ MIFUNE, TATSUYA NAKADAI, KYÔKO KAGAWA, TATSUYA MIHASHI, ISAO KIMURA, KENJIRO ISHIYAMA, TAKESHI KATO, TAKASHI SHIMURA, JUN TAZAKI, NOBUO NAKAMURA, YÛNOSUKE ITÔ, TSUTOMU YAMAZAKI, MINORU CHIAKI, HIROSHI UNAYAMA, EIJIRÔ TONO 

Argumento

Un día, un alto ejecutivo de una empresa de calzados japonesa, recibe una llamada de teléfono donde un hombre le dice que ha secuestrado a su hijo. Y le pide 30 millones de yens. Sin embargo, el secuestrador ha cometido un error y ha secuestrado al amigo de su hijo, esto es, al hijo del chófer del ejecutivo.
Ante esto, el hombre tiene el dilema de no pagarle pues es el dinero que tiene para poder hacerse cargo de la totalidad de la empresa o pagarle y quedarse sin dinero y sin trabajo, pero así salvará al hijo de su empleado.
La policía, mientras intenta por todos los medios atrapar al secuestrador, pero no sabe ni quién es ni dónde está. 

Soberbio film de Kurosawa, quizás uno de sus mejores trabajos.
Tiene dos partes diferenciadas, al menos en el tono.
La primera de ellas es la relativa al secuestro en sí. Es interesantísima, hipnótica. De clímax insoportable, los intérpretes, sobre todo el gran Toshiro Mifune, otorgan una fuerza inconmensurable a la trama, ya de por sí, enérgica y dolorosa.
Está firmada esta parte casi en un único escenario, donde los personajes caminan despacito y se mueven poco a poco mientras uno de ellos habla y se expresa. Este tipo de escenas también las hacía Mizoguchi, por ejemplo. Sin embargo, en contra de lo que cabría esperar, no es lenta en absoluto.
Su segunda mitad es un ejemplo de film militante y pedagógico pues el espectador puede comprobar cómo son las pesquisas policiales, cómo se mueven e investigan, qué caminos siguen y cuáles desechan. Es un trabajo didáctico.
Esta segunda mitad es más movida y, sin embargo, quizás es menos intensa. Pero excelente al fin y al cabo.

Una estupenda película que reflexiona sobre los problemas sociales de Japón, en particular, pero que podría ocurrir en cualquier parte. Temas como la drogadicción, con esas terribles hordas de despojos humanos en medio de callejuelas esperando la droga o algún cliente que se apiade de ellos. Y también la envidia de algunos desfavorecidos hacia los más ricos, deseando a toda costa lo que ellos consideran riqueza y bienhestar.
En mi opinión, una pequeña obra maestra.

Premios

-  Mainichi Film Concours 1963: mejor film, Mejor guión (Akira Kurosawa, Hideo Oguni, Eijirô Hisaita, Ryuzo Kikushima).
- Fotogramas de Plata 1968: mejor intérprete de cine extranjero (Toshirô Mifune).