sábado, 19 de octubre de 2024

Ojos que te acechan (Eye of the Beholder) (Canadá, Reino Unido, Australia, USA; 1999)

 


Título original: Eye of the Beholder

Director: Stephan Elliott

Guion: Stephan Elliott. Novela: Marc Behm

Música: Marius De Vries

Fotografía: Guy Dufaux

Género: Thriller

Reparto: EWAN MCGREGOR, ASHLEY JUDD, PATRICK BERGIN, GENEVIÈVE BUJOLD, K.D. LANG, JASON PRIESTLEY, ANNE-MARIE BROWN, KAITLIN BROWN, DAVID NERMAN, STEVEN MCCARTHY, VLASTA VRANA, JANINE THERIAULT, DON JORDAN, MARIA REVELINS, LISA FORGET

Argumento

Un detective privado al Servicio de su Majestad la Reina Británica, tiene el encargo de seguir al hijo de un colaborador suyo y ver qué hace con el dinero que ha hurtado. Descubre que lo usa para acostarse con una hermosa mujer.
Cuando les está filmando, ve cómo la mujer asesina horriblemente al muchacho y huye. Desde entonces la sigue a todas partes convirtiéndose en su ángel de la guarda.


Extraño thriller filmado por un realizador que se ha definido a sí mismo con "un hijo de puta subversivo" y trata de hacer algo diferente pudiéndose decir que lo consigue. El  problema es que ese algo es torpe y desmañado, amén de sin sentido.
El film comienza de forma harto rara y tarda en despegar. Cuando lo hace (con la aparición de Ashley Judd) consigue interesar por la dureza de las imágenes y un tono irreal que parece irle bien a la cinta.
Pero poco a poco la historia se va haciendo no aburrida, no, pero inconexa, artificial en cuanto al empleo de la fotografía, y lo que es peor, pasando de un hecho a otro sin mayor explicación, sin un estudio aunque sea menor de los personajes. Esto hace que el espectador no entienda nada de nada, los porqués y hacia dónde se dirige todo.

 
Podría decirse que así mejor, sorprender al espectador hasta donde se pueda, pero lo cierto es que se contempla todo con la idea cada vez más clara de que aquello no tiene ni pies ni cabeza. Hecho corroborado con el estúpido y sinsorgo final, que desmerece aún más la cinta.
Una pena pues la idea no estaba mal y hay cosas majas, pero al final de la proyección se sabe que aquello ha sido una engañifa, una vacua modernez (de la época).

Premios

- Festival internacional de cine fantástico de Bruselas 2000: Cuervo de plata mejor director (Stephan Elliott).

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