Quantrill's Raiders (USA, 1958)

 

 Título original: Quantrill's Raiders

Director: Edward Bernds

Guion: Polly James

Música: Marlin Skiles

Fotografía: William P. Whitley

Género: Western

Reparto: Steve Cochran, Diane Brewster, Leo Gordon, Gale Robbins, Will Wright, Kim Charney, Myron Healey, Robert Foulk, Glenn Strange, Lane Chadler, Thomas Browne Henry, Dan White, John Mitchum, Guy Prescott 

Argumento

Un teniente de la Confederación se hace pasar por un vendedor de caballos, pero lo que realmente quiere es contactar con el renegado Quantrill para que él y su banda ataquen el almacén de armas del Ejército de la Unión que tiene en la ciudad de Lawrence, Kansas.

Modesto western, de genuina serie B, que sobre la base de un hecho real que sucedió en la Guerra de Secesión Americana, nos cuenta una historia inventada.
Y se hace de forma poco inspirada, sin imaginación en el desarrollo de los hechos, aunque sí es cierto que va de menos a más, con lo que el sabor final es aceptable.
Pero podría haber sido mejor con los mimbres de que se disponía, sobre todo si se hubiesen utilizado mejor aspectos técnicos positivos como su preciosa fotografía en color, a toda pantalla (Cinemascope), a cargo de William P. Whitley.
Cuenta con varios "secundarios" que siempre dan lustre a esta clase de productos, como el siempre eficaz y más tarde incluso guionista y director, Leo Gordon y/o Miron Healey, Lane Chadler, Dan White y un irreconocible (por su juventud) John MItchum, hijo del gran Robert.

 

Tiene varias escenas logradas, como los enfrentamientos verbales entre Quantrill y el protagonista, amén de los bonitos exteriores y no mucho más.
Pero se pasa el ratillo, a pesar de que, incluso éticamente, a mi me parece reprobable que, sobre un hecho real, histórico, muy trágico, los creadores del film lo hayan cambiado todo para contar su historia. Cinematográficamente puede ser válido, pero yo creo que es mentir, puesto que se pueden cambiar algunas cosas, pero no prácticamente la totalidad de lo que, realmente, ocurrió (sí, también lo suele hacer el bueno de Tarantino, pero no es lo mismo).